domingo, 27 de octubre de 2013

La educación Integral

¿Por qué la formación es integral?
Porque el ser humano no es un ser unidimensional, no ha nacido para ser un “especialista”, el hombre es un ser multidimensional, polifacético, capaz de desenvolverse en cualquier área del conocimiento, sin embargo muchas de las universidades, por no decir todas, preparan a profesionales “expertos” en una determinada área, desechando las capacidades del ser humano como ser integral, y formando solo mano de obra altamente calificada, necesaria para un sistema que requiere dicha especialización es así que como diría Marx en los Manuscritos Filosóficos:  “con esta división del trabajo, de una parte, y con la acumulación de capitales, de la otra, el obrero se hace cada vez más dependiente exclusivamente del trabajo, y de un trabajo muy determinado, unilateral y maquinal. Y así, del mismo modo que se ve rebajado en lo espiritual y en lo corporal a la condición de máquina, y de hombre queda reducido a una actividad abstracta y un vientre”. Y eso es lo que están formando las universidades.


A su vez se han planteado reformas, cambios “novedosos”, que no son más calcos o copias de otras latitudes, de ello ya escribía Salazar Bondy: "…Se piensa de acuerdo con moldes teóricos previamente confirmados por los modelos del pensamiento occidental, sobre todo europeo, importado en la forma de corrientes de ideas, escuelas, sistemas totalmente definidos y completos en su contenido e intención. Filosofar para los hispanoamericanos es adoptar un ismo extranjero", en donde no se asume propuestas auténticas de nuestra realidad, es más ni una propuestas filosófica doctrinal para generar una propuesta curricular de acorde a las necesidades de la Nación. Sin embargo Walter Peñaloza plantea la idea del currículo integral que  contribuyó a rescatar la figura del maestro educador y la contrapuso a la figura del maestro enseñante. Los futuros maestros debían recibir y explorar conocimientos, incorporar receptiva y creadoramente el mundo de lo cultural, vivir experiencias no cognoscitivas, efectuar numerosas y consistentes prácticas profesionales que le posibilitaran alcanzar destrezas en el ejercicio docente, y, alcanzar dentro de lo posible un armónico desarrollo de sus capacidades interiores, mediante el apoyo de la consejería. Así, los maestros “quedaban preparados a través de una experiencia viva de varios años, para actuar más tarde ante los niños y jóvenes a su cargo en todas esas áreas, vale decir para impulsar, a su turno, un currículo integral en su trabajo con esos niños y adolescentes”. Es aquí en la propuesta del Maestro Peñaloza que hace manifiesta la necesidad de una formación integral de los jóvenes. Podemos concluir que la Formación Integral como el proceso continuo, permanente y participativo que busca desarrollar armónica y coherentemente todas y cada una de las dimensiones del ser humano (ética, espiritual, cognitiva, afectiva, comunicativa, estética, corporal, y socio-política), a fin de lograr su realización plena en la sociedad. Es decir, vemos el ser humano como uno y a la vez pluridimensional, bien diverso como el cuerpo humano y a la vez plenamente integrado y articulado en una unidad.

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