FILOSOFÍA MEDIEVAL
Características
de la filosofía medieval:
En este periodo, con la llegada del
cristianismo surgen ciertas tendencias que buscan unir la razón con la fe. Es así que nace la teología, rama de la filosofía que busca la
explicación de la existencia de Dios pero desde el punto de vista racional.
En este periodo todos los problemas motivos del filosofar de los
antiguos filósofos griegos, quedan reducidos solo a un problema central: la fe sobre la razón.
La influencia de la filosofía aristotélica es muy fuerte, es así que la lógica aristotélica es utilizada por Tomas de Aquino para plantear las cinco vías y toda la filosofía gira en torno a los planteamientos aristotélicos. Las ideas de Platón también se encuentran presentes en lo referente al mundo inmutable y perfecto de las ideas desde el punto de vista de la fe (recordemos que san Agustín uso la idea de Platón para referirse al cuerpo y al alma)
La influencia de la filosofía aristotélica es muy fuerte, es así que la lógica aristotélica es utilizada por Tomas de Aquino para plantear las cinco vías y toda la filosofía gira en torno a los planteamientos aristotélicos. Las ideas de Platón también se encuentran presentes en lo referente al mundo inmutable y perfecto de las ideas desde el punto de vista de la fe (recordemos que san Agustín uso la idea de Platón para referirse al cuerpo y al alma)
Es una época dogmática y oscurantista, no existe la libertad de
pensamiento.
A diferencia de lo que había ocurrido con la filosofía
griega, que había centrado su reflexión en torno a la determinación del objeto,
la filosofía medieval centrará su interés en Dios. La filosofía helenística
había dado una orientación práctica al saber, dirigiéndolo hacia la felicidad
del hombre. Es el caso del estoicismo y del epicureísmo, que habían colocado a
la ética en el vértice del saber. A lo largo de los primeros siglos de nuestra
era, la progresiva expansión del cristianismo y otras religiones mistéricas irá
provocando la aparición de otros modelos de felicidad o "salvación
individual", que competirán con los modelos filosóficos. Frente a la
inicial hostilidad hacia la filosofía manifestada por algunos de los primeros
padres apologistas cristianos, sus continuadores encontrarán en la filosofía,
especialmente a partir del desarrollo del neoplatonismo de Plotino, un
instrumento útil, no sólo para combatir otras religiones o sistemas
filosóficos, sino también para comprender, o intentar comprender, los misterios
revelados. Surge de ahí una asociación entre filosofía y cristianismo o, más en
general, entre filosofía y religión, que pondrá las bases de la futura
filosofía medieval, entre los cristianos, los musulmanes y los judíos. El tema
fundamental de reflexión pasará a ser la divinidad, quedando subordinada la
comprensión e interpretación del mundo, del hombre, de la sociedad, etc al
conocimiento que se pueda obtener de lo divino. La fe, que suministra las
creencias a las que no se puede renunciar, tratará de entrar en diálogo con la
razón. La inicial sumisión de la razón exigida por la fe, dejará paso a una
mayor autonomía propugnada, entre otros, por Santo Tomás de Aquino, que conducirá,
tras la crisis de la Escolástica, a la reclamación de la independencia de la
razón con la que se iniciará la filosofía moderna.
SAN AGUSTÍN
DE HIPONA (354 - 430)
FIGURA HISTÓRICA
El problema teológico es en San Agustín el
problema del hombre Agustín: el problema de su dispersión y de su
inquietud, el problema de su crisis y de su redención, el problema de su razón
especulativa y de su obra de obispo.
El centro de la investigación
agustiniana coincide verdaderamente con el centro de su personalidad.
Por esto declara que no quiere conocer
otra cosa que el alma y Dios, y se mantiene constantemente fiel a este
programa. El alma, esto es, el hombre interior, el yo en la simplicidad y
verdad de su naturaleza. Dios, esto es, el ser en su trascendencia y en su
valor normativo, sin el cual no es posible admitir la verdad del yo.
consigue unir a las inquietudes y a
las dudas, a la necesidad de amor y felicidad que son propios del hombre:
fundamentarlos, en una palabra, en la investigación. Esta halla en la razón su
disciplina y su rigor sistemático, pero que no es una exigencia de pura razón.
San Agustín presenta en la
especulación cristiana la exigencia de la investigación, la investigación
agustiniana radica en el terreno de la religión. Desde el comienzo San Agustín
abandona la iniciativa de la misma a Dios: Dad quod iubes et iube quod
vis(Da lo que mandas y manda lo que quieras).
VIDA
Aurelio Agustín nació el 354 en
Tagaste del África romana. Su padre, Patricio, era pagano; su madre, Mónica,
cristiana, y ejerció sobre el hijo una profunda influencia. Cultivaba los
estudios clásicos, especialmente latinos, y se ocupaba con pasión de la
gramática. Hacia los 19 años, la lectura del Hortensio de Cicerón, le
condujo a la filosofía.
Se adhirió entonces (374) a la secta
de los maniqueos (§ 139). Desde los 19 años comenzó a enseñar retórica en
Cartago y conservó tal ocupación en esta ciudad hasta los 29 años.
El ejemplo y la palabra del obispo
Ambrosio le persuadieron de la verdad del cristianismo y se hizo catecúmeno.
Su búsqueda de la verdad de la
cristiana le hizo hasta creer que el Universo estaba lleno de Dios, a la manera
de una gigantesca esponja que ocupase el mar (Conf., VII, 5).
De las conversaciones con sus amigos
nacen sus primeras obras: Contra los académicos, Del orden, Sobre la
felicidad, Soliloquios. El 25 de abril del 387 recibía el bautismo de manos
de Ambrosio. En el año 391 fue ordenado sacerdote; en el 395 fue consagrado
obispo de Hipona.
El saqueo de Roma, perpetrado en el
410 por los godos de Alarico, había vuelto a dar actualidad a la vieja tesis de
que la seguridad y la fuerza del Imperio romanos estaban ligados al paganismo,
y que el cristianismo representaba para él un elemento de debilidad y de
disolución. Contra esta tesis, San Agustín compuso, entre el 412 y 426, su obra
maestra: La ciudad de Dios. El 28 de agosto del 430, moría Agustín.
Planteamiento Filosófico
Su filosofía
es una síntesis del cristianismo con el neoplatonismo. Considera la filosofía
en tanto sabiduría como la religión. Su búsqueda existencial es la felicidad y
ésta es posible alcanzarla a través de la filosofía que nos conduce a Dios.
La Búsqueda
Interior:
Sostiene que
el único deseo es conocer a Dios y al
alma, lo cual implica una desvalorización del mundo.
Busca la
verdad necesaria, inmutable y eterna, la cual no puede ser alcanzada por los
objetos sensibles y la misma alma porque ambos son mutables. Por lo tanto,
sostiene que hay que encontrarla en el interior del alma misma, donde se da la
iluminación divina.
La razón y la fe:
Basándose en
lo anteriormente señalado, se deduce que no hay contradicción entre la razón y
la fe.
La fe orienta
e ilumina la razón y es más segura “si no creéis, no llegareis a comprender”,
pero a su vez la razón sirve para demostrar que es lo razonable creer. A esto
se denomina “Teoría de la Iluminación Divina”
Dios y la creación:
Dios es el
ser perfecto, inmutable, que crea el mundo ex nihilo, permaneciendo
trascendente en él, creando en un instante el tiempo. Por lo tanto, rechaza la
creación “ab aeterno”(que la creación es eterna)
En la mente
divina están las ideas o modelos arquetípicos de todas las cosas posibles y ya
depositadas en la materia los gérmenes (razones seminales) de todos los seres
futuros los cuales aparecerán en el momento querido por Dios.
El hombre:
La búsqueda
de Dios no es sólo un camino intelectual sino que también se trasciende hacia
Dios en la voluntad. El hombre no solamente busca la verdad sino que también la
felicidad y ésta se consigue a través de la voluntad. El amor es superior al
conocimiento. “Ama y haz lo que quieras”
Sobre la
naturaleza del hombre asume una posición dualista porque sostiene, siguiendo a
Platón, que posee dos sustancias: Material y Espiritual. Respecto al origen del
alma afirma el Traducianismo porque el alma es engendrada o trasmitida por los
padres y directamente por Dios, pues ésta, el alma, posee intrínsecamente el pecado
original.
La libertad y
el problema del mal: sostiene que la acción mala no se funda en la ignorancia
sino en el libre albedrío, es decir en la autodeterminación de la naturaleza humana que está
esencialmente dañada por el pecado original.
Si el mundo
es creado y el creador es omnipotente y bueno ¿cómo puede darse el mal? Ante lo
cual Agustín sostiene que el mal no es una sustancia sino una privación. No es
un ser sino un no ser.
La ciudad de
Dios es una concepción histórica del tiempo de carácter lineal y no cíclica.
Existen dos ciudades: los hombres que aman a Dios y los que aman los bienes
terrenales; ambas ciudades están mezcladas, pero al final de la historia serán
separadas, por lo que el sentido de toda la historia universal está en la construcción
de la ciudad de Dios.
OBRAS
Contra
los académicos, De la felicidad, Del orden, Soliloquios. Compuso el
escrito Sobre la cantidad del alma, el
escrito Sobre el libre albedrío, compuso
el titulado Sobre el
"Génesis" contra los maniqueos, el diálogo Del maestro y el libro De la verdadera religión, que es uno
de sus escritos filosóficos más notables.
También escribió Sobre la
utilidad de creer, De las dos
almas, Contra Fortunato, Contra Adimanto, Contra Fausto, Sobre la naturaleza
del bien y otros), Contra la
carta de Parmeniano, Sobre el bautismo, contra los donatistas, Contra las
Cartas de Petiliano donatista, Cartas a los católicos contra los donatistas,
Contra el gramático Cresconio, Sobre el único bautismo, Contra Petiliano así
como el De diversis quaestionibus, Contra
los pelagianos, Sobre la culpa γ la
remisión de los pecados y sobre el bautismo de los niños, al cual
siguieron: Sobre el espíritu γ sobre
la letra, a Marcelino, De la naturaleza γ de la gracia, Carta a los obispos
Eutropio y Pablo, Sobre la gesta de Pelagio, La gracia de Cristo y el pecado
original, y otros varios. Sobre
la gracia y el libre arbitrio y el De la corrección y de la gracia, De la predestinación de los santos y
Del don de la perseverancia. De la
Trinidad, el de Sobre la doctrina
cristiana, la obra exegetica Del
Génesis al pie de la letra, y su obra más amplia: La ciudad de Dios, compuso los trece
libros de las Confesiones, que
son la obra clave de su personalidad de pensador. Hacia el fin de su vida, en
el 427, en las Retractaciones, daba
una mirada retrospectiva sobre toda su obra literaria, a partir de su
conversión en el 386.
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