LA FILOSOFÍA ESCOLÁSTICA
ANTECEDENTES:
La escolástica (del latín scholasticus, y éste a su vez del griego σχολαστικός, que se traduce como:
“pertenece a la escuela”; fue un movimiento teológico que utilizó la filosofía
griega y romana para tratar de explicar cuestiones religiosas cristianas.
Esta
corriente filosófica dominó toda la edad media, tratando de unir la fe y la
razón aunque en la práctica no fue así; se buscó la subordinación de la razón a
la fe; de allí que a este periodo de la historia de la humanidad se le conoce como
la época “oscurantista”. Con instituciones tristemente célebres como lo fue la
Santa Inquisición.
El
escolasticismo tuvo a cargo la vida, de manera total, de la edad media,
inclusive la vida académica pues es aquí donde aparecen las primeras universidades
en Europa (siglo XI – XV).
Aunque la
conformación del escolasticismo no fue
algo homogéneo, es decir solo con aportes de la filosofía griega y
romana sino que fue algo heterogéneo, pues incluyó filosofía como la árabe y la
judía. Por ello la preocupación de los escolásticos era crear un sistema
filosófico que existiesen contradicciones al interno. Pero siempre enmarcado dentro del principio
básico del escolasticismo: la autoridad.
Una
característica muy resaltante en este periodo de la filosofía es la fuerte
influencia que tuvo el escolasticismo de la filosofía de Platón y de
Aristóteles, como se observa en el pensamiento de San Agustín de Hipona y de
Santo Tomás de Aquino.
a)
Los
Principales Problemas Filosóficos de los Escolasticismos fueron, entre otros,
la Relación entre la Razón y La Fe y los Universales.
- Relación entre la razón y la fe:
La
relación del cristianismo con la filosofía siempre fue de subordinación, es
decir la filosofía subordinada a la religión (razón ante la fe). Esta
circunstancia se ve reflejada en “Credo ut intelligam” (Creo que para que yo
pueda entender), una máxima atribuida por San Agustín de Hipona y parafraseada
por San Anselmo, quizás recordando la máxima de Tertuliano: "Credo quia
absurdum est” (creo porque es absurdo); pensamientos que estarán presentes a lo
largo de toda la edad media hasta Santo Tomás de Aquino, quien replanteará esta
subordinación entre fe y razón, otorgándole mayor autonomía a esta última. Sin embargo Santo
Tomás siguiendo la tradición filosófica cristiana plantea la sumisión a la
teológica sobre cualquier idea, concepción o tema filosófico; así como también
el análisis de cualquier elemento de la fe deben estar considerados de manera
ineluctables en la reflexión filosófica cristiana. No obstante la relación de dependencia de la
razón o filosofía con respecto a la fe con Santo Tomás de Aquino será
modificada. Durante el siglo XIII la influencia del averroísmo latino
(tendencias de la época medieval en donde se fusionaba la filosofía
aristotélica y las interpretaciones de la misma del filósofo árabe Averroes); había insistido en
la teoría de la “doble verdad”; es decir una verdad para la filosofía y otra
para la teología. Santo Tomás rechaza esta teoría pues afirma la existencia de
una única verdad; la cual puede ser conocida por la razón y por la fe.
Sin embargo, reconoce la particularidad y la
independencia de esos dos campos, por lo que cada una de ellas tendrá su objeto
y método propio de conocimiento. La filosofía se ocupará del conocimiento de
las verdades naturales, que pueden ser alcanzadas por la luz natural de la
razón; y la teología se ocupará del conocimiento de las verdades reveladas, de
las verdades que sólo puede ser conocidas mediante la luz de la revelación
divina. Ello supone una modificación sustancial de la concepción tradicional (agustiniana)
de las relaciones entre la razón y la fe. No obstante, santo Tomás acepta la
existencia de un terreno "común" a la filosofía y a la teología, que
vendría representado por los llamados "preámbulos" de la fe. Pero,
estrictamente hablando, la posición de santo Tomás supondrá el fin de la
sumisión de lo filosófico a lo teológico.
b)
El Problema de los Universales:
El Problema y su Significado Histórico
Sobre los géneros y las especies no diremos
aquí si subsisten o bien si están solamente en el entendimiento, ni en caso de
que subsistan, si son corpóreos o incorpóreos, separados de las cosas sensibles
o situados en las mismas expresando sus caracteres uniformes; el universal no
exista ni siquiera en el intelecto y sea sólo un nombre, un flatus vocis.
PERIODOS:
a.
La
temprana escolástica (s. XI y XII):
-
Su principal representante es San
Anselmo que sigue la línea Platónica-Agustiniana, y es considerado el
padre de la escolástica.
-
Se inicia el debate sobre el problema de los
universales.
-
Otros representantes fueron: los de la
escuela de Chartres.
-
En esta época se da la presencia de la
filosofía árabe y judía
b.
La
Gran Escolástica (s. XIII):
-
En este siglo se da un gran desarrollo
cultural en Francia, se crean las universidades, se traducen las obras de los
filósofos griegos.
-
Sus representantes son: San Buenaventura, que
sigue la línea de San Agustín y Santo Tomás de Aquino que es considerado como
el principal representante de la filosofía escolástica.
-
La escuela de Oxford cuyo principal
representante es Rogelio Bacon. Por otro lado se da un desarrollo de la lógica con Raimundo Lulio.
c.
La
Baja Escolástica (s. XIV):
-
En esta época triunfan las tendencias
anti-intelectualistas a favor del espiritualismo y la mística. Por otro lado
hay una mayor libertad intelectual. Es una etapa de transición entre la Edad
Media y la Edad Moderna.
-
Sus representantes fueron Juan Duns Escoto y
sobre todo Guillermo de Ockam. Y en la orientación mística destaca el alemán
Juan Eckhart.
La temprana
escolástica
Principales representantes
SAN
ANSELMO (1033 - 1109)
Vida y Escritos
Anselmo nació
el 1033 en Aosta del Piamonte. Entró en el monasterio de Bec, en Normandía, y
llegó a ser el prior en el 1063, y abad en el 1078. Fue arzobispo de
Canterbury. Su fama de santo le atribuyó bien pronto poderes sobrenaturales.
Entre el año 1070 y el 1078 Anselmo compuso el Monologion, cuyo primer título
era Exemplum meditandi de ratione fidei; después el Proslogion, que se titulaba
primeramente Fides quarens intellectum y su apéndice polémico Liber
apologeticus contra Gaunilonem-, a continuación compuso los cuatro diálogos De
ventate, De libero arbitrio, De casu diaboli, De gramático. En los últimos años
de su vida escribió el Cur Deus homo y su apéndice De conceptu virginali. Otras
obras suyas, son: De fide Trinitatis, De concordia praescientiae et
praedestinationis, Meditationes, y, además, homilías, discursos y cartas.
Fe y Razón
La frase que
expresa la posición de Anselmo sobre el problema escolástico, es: Credo ut
intelligam (Pros., 1). La fe es el punto de partida de la investigación
filosófica.
La
encarnación misma es presentada por Anselmo, en la obra que ha dedicado a este
tema, como una verdad a la que la razón puede llegar por sí sola: no hay duda,
en efecto, de que los hombres no hubieran podido salvarse, si Dios mismo no se
hubiese encarnado y no hubiese muerto por ellos (Ibid., pról.).
Distingue la
verdad del conocimiento, la verdad del querer y la verdad de la cosa. Esta
verdad la define Anselmo como rectitudo cognitionis. La verdad de la voluntad
es, análogamente, rectitudo voluntatis.
El fundamento
de toda verdad es la verdad de la cosa, la rectitudo rei las cosas son verdaderamente aquellas que
están en la mente de Dios, Dios mismo es, pues, la absoluta verdad, que es
norma y condición de toda otra verdad
La Existencia de Dios
El Monologion
es un conjunto de reflexiones sobre la esencia divina que conducen a una
demostración de la existencia de Dios.
. De la misma
manera, todo lo que es perfecto y, en general, todo lo que existe, existe por
participación de un Ser único y sumo.
El Monologion
desarrolla una argumentación cosmológica que va de lo particular a lo universal
y de lo universal a Dios. El Proslogion desarrolla, en cambio, una
argumentación ontológica, que empieza en el simple concepto de Dios para llegar
a demostrar su existencia.
El argumento
se funda en dos puntos:
1.° que lo
que existe en realidad es "mayor", o más perfecto que lo que existe
sólo en el entendimiento;
2.° que negar
que existe realmente aquello respecto a lo cual nada mayor puede pensarse,
significa contradecirse, porque significa admitir al mismo tiempo que se lo
puede pensar mayor, esto es, existente en la realidad. La palabra pensar tiene
dos significados: se puede pensar la palabra que indica la cosa y se puede
pensar la cosa misma.
La Esencia de Dios
De las
pruebas mismas que demuestran la existencia de Dios, resulta que sólo Dios es
el ser perfecto y absoluto y que las otras cosas casi no son o apenas son las
propiedades que se afirman de la naturaleza divina deben ser predicadas de ella
equitativamente, no cualitativamente: esto es, como partes o aspectos
integrantes de la esencia divina, en nada diversas de esta esencia. Dios no
puede ser justo o sabio, si no lo es en sí y por sí; no ciertamente por
participación de una justicia o sabiduría distinta de Él. Mejor es, por lo
tanto, decir, no que Dios es justo, sino que es la justicia; no que tiene vida,
sino que es la vida; y análogamente que es la verdad, el bien, la grandeza, la
belleza, la felicidad, la eternidad, el poder, la inmutabilidad, la unidad y, en
general, todas las cualidades que implican excelencia y perfección en quien las
posee.
. La única
determinación que se puede atribuir a la esencia divina como sustancia es la
espiritualidad; el ser espiritual es, en efecto, más excelente que el ser corpóreo,
y por esto lo único que es propio de Dios.
La Creación
Puesto que
Dios es el ser y las cosas existen tan sólo por participación del ser, toda
cosa tiene su ser por Dios. Tal derivación es una creación de la nada. Y, de
hecho, las cosas creadas no pueden proceder de una materia.
Dios está y
debe estar por todas partes; donde Él no está, nada hay y nada está en pie.
Esto no quiere decir, por cierto, que Él esté condicionado por el espacio y el
tiempo. En El no hay arriba ni abajo, ni antes ni después; sino que Él está
todo en todas las cosas existentes y en cada una de ellas, y vive una vida
interminable, que es toda a la vez (totum simul) presente y perfecta
La Trinidad
La palabra
interior de Dios no es un sonido de voz, sino esencia creadora. Este es el
punto de partida de la especulación trinitaria de San Anselmo.
El Verbo es
en primer lugar la inteligencia que Dios tiene de sí mismo. El Verbo es, pues,
coeterno con Dios porque es la eterna inteligencia que Dios tiene de sí.
Cada una de
las tres personas divinas, participando de toda la esencia divina, recuerda,
entiende y ama, sin necesidad de la otra. Aunque la memoria sea propia del
Padre, la inteligencia del Hijo, el amor del Espíritu, cada uno de ellos es
esencialmente memoria, inteligencia y amor.
La Libertad
La
investigación realizada por Anselmo en el Monologion y en el Proslogion tiende
a comprender a Dios en su esencia y en su existencia. Anselmo intenta traducir
con ella la certeza de la fe en verdad filosófica; y con esto ofrecer un camino
de acercamiento a la verdad revelada, tal que el hombre pueda llegar hasta ella
lo más cerca posible. Pero paralelamente a esta investigación, Anselmo emprende
otra, dirigida al hombre y a sus posibilidades de elevarse hasta Dios. El tema
de esta investigación es la libertad. A ella Anselmo ha dedicado dos obras: De
libero arbitrio y De concordia praescientiae et praedestinationis nec non et
gratiae Dei cum libero arbitrio.
La libertad
es esencialmente libertad de elección y ésta falta donde hay coacción y
necesidad.
El primer
hombre ha recibido de Dios originariamente la rectitud de la voluntad, esto es,
la justicia.
La libertad
no lo pierde el hombre en ningún caso, ni siquiera con el pecado.
La capacidad
de conservar la rectitud de la voluntad permanece en el hombre aun a través del
pecado y entra en acción apenas Dios restituye la rectitud de la voluntad al
hombre que la ha perdido.
Puesto que
consiste en querer lo que Dios quiere que se quiera, si Dios la quitase al
hombre, no querría que el hombre quisiera lo que Él quiere que quiera.
De esto
resulta que Anselmo, como San Agustín, establece una estrecha relación entre la
libertad humana y la gracia divina.
La última
condición de la libertad humana es, pues, la gracia divina.
Presciencia y Predestinación
Como la
libertad humana no se opone para nada a la gracia divina, ningún límite o
restricción aportan tampoco a la libertad misma la presciencia y la
predeterminación divina. Ciertamente Dios prevé todas las acciones futuras de
los hombres; pero esta previsión no impide que las acciones sean efectuadas
libremente.
Afirma San
Anselmo, "Dios prevé que yo pecaré o que yo no pecaré", sino que es
necesario añadir que El prevé que yo pecaré o no pecaré sin necesidad; y así,
tanto si peco como si no peco, una y otra cosa serán libres, porque Dios mismo
prevé que esto sucederá sin necesidad.
Dios
predestina a la salvación a los elegidos, y aquellos que no predestina están
condenados. La predestinación tiene en cuenta la libertad. Dios no predestina a
nadie haciendo violencia a su voluntad, sino que deja siempre la salvación en
manos del predestinado. Son predestinados a la salvación solamente aquellos
cuya buena voluntad Dios conoce de antemano.
El Mal
Hay dos
especies fundamentales de bien, la justicia y lo útil, así también hay dos
especies fundamentales de mal: la injusticia (malum injustitiae) y el daño
(malum incommodi). El mal verdadero y propio es sólo la injusticia. Y puesto
que el bien sólo es verdaderamente la justicia, el mal no tiene en ningún caso
realidad positiva: es una pura negación y puede, con todo derecho, ser llamado
la nada El rasgo característico de estas
formulaciones de Anselmo es la reducción de todo valor moral a la voluntad, en
la cual solamente reside la justicia y la injusticia. El pecado consiste no en
sentirlos, sino en consentirlos
El Alma
El hombre
está compuesto de dos naturalezas, el alma y el cuerpo; la parte más alta,
porque está más cercana a la suma esencia, es el alma y precisamente el
entendimiento. Y, de hecho, sólo a través de la inteligencia se puede conocer y
buscar a Dios y puede el hombre acercarse a Él.
Empeñar toda
su voluntad en recordar, entender y amar al Sumo Bien; tal es el fin de su
existencia.
Si para el
alma que ama a Dios, la inmortalidad es, por parte de Dios, un don de amor,
para el alma que desprecia a Dios, la inmortalidad es, por parte de Dios, un
acto de justicia. Todas las almas son, pues, inmortales, tanto las justas como
las injustas; aun aquellas que no son capaces ni de una cosa ni de otra, como
las almas de los niños, deben serlo, porque deben tener la misma naturaleza
En resumen podemos sintetizar lo siguiente:
-
Es considerado el padre de la escolástica porque es el iniciador de los sistemas
teológicos de base metafísica.
-
Se ubica dentro de la línea filosófica
agustiniana ya que sostiene que la fe es el presupuesto de la razón. Pero esta
debe esforzarse en entender a la primera, aunque la fe tiene la última palabra.
-
Con relación al problema de los universales
asume la posición del nominalismo extremo. La consecuencia de esta posición es
que el mundo sensible podría perder su consistencia ontológica ya que sería un
pálido reflejo de las “ideas reales universales” que existen sobre él.
-
Respecto a la existencia de Dios desarrolla la
“prueba ontológica” que pretende demostrar en forma evidente y a priori dicha
existencia. Su demostración se basa en los siguientes supuestos: en la idea de
Dios, en la identidad del orden lógico con el real (pensar = ser) y en la
consideración de la existencia divina como atributo o perfección de su
existencia.
-
Entre sus principales obras figuran: Monologium
y Proslogiun.
ROGERIO BACON (1210 - 1292):
Vida y Obras
Existen dos
maneras de conocer.- la demostración racional y la experiencia. Pero la
demostración racional, aunque concluya y nos haga resolver las cuestiones, no
nos da la certeza ni elimina la duda, ya que el alma no descansa en la
intuición de la verdad si no la encuentra por el camino de la experiencia. La
experiencia no es solamente el fundamento de la investigación natural, sino
también del conocimiento sobrenatural. La experiencia es doble: externa e
interna. De la experiencia externa proceden las verdades naturales; de la
experiencia interna, las verdades sobrenaturales; unas y otras encaminan al
hombre a su fin último, la felicidad. Bacon distingue en la experiencia interna
una triple iluminación: la iluminación o revelación general, común a todos los
hombres; la iluminación primitiva o tradicional; la iluminación especial.
"Aquél, añade Bacon, que se ha ejercitado
diligentemente en estas experiencias o en la mayor parte de ellas, puede tener
certeza y darla a los demás, no sólo en las ciencias espirituales, sino en
todas las ciencias humanas." Todo el poder de la lógica depende de las
matemáticas, según Bacon; porque todas las determinaciones (cualidad, relación,
espacio, tiempo) dependen de la cantidad y la cantidad es el objeto propio de
las matemáticas. Por esto solamente en las matemáticas hay la demostración
verdadera y poderosa y solamente en ellas se puede llegar a la verdad plena sin
error y a la certeza exenta de duda.
En resumen
podremos sintetizar lo siguiente:
-
Es el principal representante de la Escuela
de Oxford.
-
Sostiene que la base del conocimiento de la
naturaleza es la experiencia sensible como experiencia externa, pero también
del conocimiento de lo sobrenatural bajo la forma de experiencia interna de la
iluminación divina (línea agustiniana).
-
Considera que los métodos del conocimiento son dos: el método
inductivo de la experimentación científica y el método de la demostración
racional.
-
Afirma que el fin de la ciencia es el poder
sobre la naturaleza.
-
Defendió la libertad intelectual y espiritual
criticando a la jerarquía eclesiástica.
-
Entre sus obras figuran: Opus Maius, Opus
Minus, Opus Tertium.
SAN BUENAVENTURA (1221 - 1274):
La Vuelta a San Agustín
Vida y Obras
Juan Fidanza,
llamado Buenaventura en la orden franciscana, nació en Bagnoregio (Viterbo), en
1221. Una leyenda cuenta que San Francisco lo curó de pequeño de una enfermedad
mortal y que entonces su madre hizo el voto de consagrarlo a la orden
franciscana.
En 1273 se le
nombró arzobispo de Albano y cardenal. Murió durante el segundo Concilio de
Lyon, en 1274. La Iglesia le ha dado el título de Doctor Seraphicus. Su obra
fundamental es el Comentario a las Sentencias de Pedro Lombardo, en cuatro
libros, escrito a partir de 1248. La obra maestra mística del santo es el
Itinerarium mentís in Deum, redactado en otoño de 1259.
Fe y Ciencia
San
Buenaventura establece la superioridad de la fe sobre la ciencia. Al contestar
a la cuestión de si es más cierta la fe que la ciencia, distingue una certeza
respecto a las verdades de la fe y otra certeza respecto a las verdades de la
razón. En cuanto a las verdades de fe, es más cierta la fe que la ciencia. La
ciencia elimina la duda, según aparece claramente, sobre todo en el
conocimiento de los axiomas y de los primeros principios; pero la fe consigue
que el creyente se adhiera a la verdad, de un modo que ni argumentos ni
tormentos ni lisonjas le pueden apartar de ella. Por consiguiente, la ciencia
no invalida la iluminación por la fe, sino que la exige y la hace necesaria.
La fe es la
adhesión integral del hombre a la verdad, por medio de la cual el hombre vive
realmente la verdad y la verdad vive realmente en el hombre.
El Conocimiento
En su teoría
del conocimiento, San Buenaventura muestra la primera y más importante
concesión al aristotelismo. A la pregunta de si todo conocimiento viene de los
sentidos, contesta que no-, es preciso admitir que el alma conoce a Dios, a sí
misma y todo lo que tiene en sí sin ayuda de los sentidos externos San
Buenaventura dice: "Las especies y las semejanzas de las cosas se
adquieren por los sentidos, según dice explícitamente el filósofo (es decir.
Aristóteles) en muchos pasajes; y la experiencia también nos lo enseña.
Al alma
humana se le ha dado un lumen directivum, una directio naturalis, de la que
obtiene la certeza de sus conocimientos. Por consiguiente, nuestro intelecto
está unido con la Verdad eterna. "Para conocer con certeza, se precisa
necesariamente de una Razón eterna, que regule y mueva, una Razón que no quede
aislada en su claridad, sino que se una a la razón creada y que el hombre pueda
intuirla según las posibilidades de su condición terrena '
El juicio es
un acto de la razón que abstrae del lugar, del tiempo y del cambio; pero lo que
está fuera del tiempo, del lugar y del cambio, es eterno, por lo tanto, es Dios
o un elemento divino. Esta actividad tiene lugar en tres fases.- la percepción
de los términos, de las proposiciones y de las ilaciones.
La teoría del
conocimiento de San Buenaventura muestra muy claramente cuáles son las
características de su procedimiento. Manteniéndose fiel a los puntos esenciales
del apriorismo teológico de San Agustín, acepta la tesis empirista de
Aristóteles, aunque limitándola al material del conocimiento.
Metafísica y Teología
La relación
intrínseca que el intelecto humano tiene con Dios no implica que le sea dado
conocer a Dios directamente y en sí mismo. "Es preciso decir que, al igual
que cada causa brilla en su efecto y la sabiduría del artesano se refleja en su
obra, Dios, que es el artífice y causa de la criatura, se conoce a través de la
criatura. Hay para ello una doble razón: una de conveniencia y otra de
indigencia. De conveniencia, porque cada criatura conduce a Dios más que a
cualquier otra cosa. De indigencia, porque como Dios no puede, por ser luz
sumamente espiritual, ser conocido por el intelecto en su espiritualidad, para
conocerlo el alma precisa de una especie de luz material, es decir, la
criatura" El argumento de San Anselmo se mueve en el campo de la
especulación agustiniana y sólo con mucha dificultad puede ser negado por
quien, como San Buenaventura, cree que la mente humana, para entender y juzgar,
debe estar unida a Dios.
Pero, según
San Buenaventura, es imposible afirmar al mismo tiempo que el mundo ha sido
creado y que es eterno. Y, en efecto, es imposible que sea eterno aquello que
llega a ser después de no ser; y éste es el caso del mundo, en cuanto creado de
la nada.
La materia
espiritual es potencia pura y constituye, con la materia corpórea, una sola
materia homogénea. Por tanto, todos los seres se componen de materia y forma.
La potencia activa de la materia es la razón seminal. La noción de razón
seminal de los estoicos pasó a los neoplatónicos, y de éstos la tomó San
Agustín, de quien, a su vez, la tomó San Buenaventura. "La razón seminal
es 'a potencia activa que radica en la materia; y esta potencia activa es la
esencia de la forma, porque de ella nace la forma según el procedimiento de la
naturaleza, que nada produce de la nada".
La Física de la Luz
San Buenaventura
elabora una doctrina física, que es una teoría de la luz. La luz no es un
cuerpo, sino la forma de todos los cuerpos. Si fuera un cuerpo, dado que es
propio de la luz multiplicarse por sí misma, nos veríamos obligados a admitir
que un cuerpo puede multiplicarse sin añadírsele materia, lo cual es imposible.
La luz es la Forma sustancial de todos los cuerpos naturales. Todos los cuerpos
participan de ella, unos más y otros menos; y según su participación, poseen
mayor o menor dignidad y valor en la jerarquía de los seres. La luz es el
principio de la formación general de los propios cuerpos; su formación especial
es debida a la adición de otras formas, elementales o mixtas.
La Antropología
"Dios ha
creado el hombre de dos naturalezas muy distintas entre sí, uniéndolas en una
sola naturaleza y en una sola persona" (Brevil., II, 10). Por
consiguiente, el alma y el cuerpo entran en la misma medida y título en la
constitución de la unidad de la naturaleza y de la persona humana, aun estando
tan alejadas una de otra. En cuanto al alma, San Buenaventura, más que la
definición aristotélica que la considera entelequia o forma perfecta del
cuerpo, prefiere la platónica, que la considera motor del cuerpo. En el terreno
del conocimiento, San Buenaventura se preocupa de asegurar al hombre la
capacidad de iniciativa, y en el campo práctico, la libertad.
La libre
elección del hombre está guiada e iluminada por la sindéresis (1). San
Buenaventura acepta de Aristóteles la distinción entre intelecto especulativo e
intelecto práctico; pero al igual que el Estagirita, niega que sean dos
intelectos distintos. "El intelecto especulativo se hace práctico cuando
se une a la voluntad y a la acción, determinándolas y guiándolas".
"La
ciencia es la perfección de nuestro intelecto en tanto que especulativo, la
conciencia es la disposición (habitus) que perfecciona nuestro intelecto en
cuanto es práctico."
"La
sindéresis, dice San Buenaventura (Ibid., II, dist. 39, a. 2, q. 1), es la
chispa de la conciencia; la conciencia sólo puede mover, incitar, estimular por
medio de la sindéresis, que es como su estímulo y su fuego animador. Así como
la razón sólo puede mover gracias a la voluntad, la conciencia sólo puede
hacerlo mediante la sindéresis".
La Elevación Mística
San
Buenaventura distingue tres ojos o facultades de la mente humana: el que mira
las cosas exteriores, es decir, la sensibilidad; el dirigido a sí mismo, que es
el espíritu; el que mira más arriba de sí mismo, que es la mente. Cada una de
estas facultades puede ver a Dios per speculum, es decir, a través de la imagen
de Dios reflejada en los seres creados, o in speculo, o sea, en la huella que
el ser y la bondad de Dios dejan en las cosas mismas.
En resumen:
-
Representante de la línea
platónica–agustiniana; y continuador de San Anselmo.
-
Sostiene la “Teoría de la Iluminación Divina”
(metafísica de la luz) que se realiza a través del “ejemplarismo”, según la cual en la mente de Dios se
encuentra los ejemplares o ideas de las cosas. Tales ideas regulan o iluminan
la mente humana capacitándola para que aprehenda las esencias inmutables en las
cosas cambiantes y mutables.
-
Postula el hilemorfismo universal según la
cual también los seres espirituales son seres compuestos de materia y forma,
pero esta materia “espiritual” es
incorruptible e inextensa, pura potencialidad.
-
Afirma que existen las “razones seminales”,
según lo cual la materia no es pura potencia pasiva (receptiva) sino también
activa y determina la aparición de la forma.
-
Sostiene la pluralidad de forma sustanciales
en cada cuerpo, por ejemplo en el hombre existe la sustancia material y
espiritual.
-
Considera la imposibilidad de una creación ab
aeterno es decir niega la eternidad del mundo.
-
Postula la primacía de la voluntad sobre el
entendimiento, ya que considera que el peldaño más alto es la voluntad que
mediante el amor se une a Dios, superando así al intelecto.
-
Entre sus principales obras figuran: Itinerarium
mentis in Deum.
No hay comentarios:
Publicar un comentario