sábado, 2 de agosto de 2014

LA FILOSOFÍA ESCOLÁSTICA


 

LA FILOSOFÍA ESCOLÁSTICA


ANTECEDENTES:
La escolástica (del latín scholasticus, y éste a su vez del griego σχολαστικός, que se traduce como: “pertenece a la escuela”; fue un movimiento teológico que utilizó la filosofía griega y romana para tratar de explicar cuestiones religiosas cristianas. 
Esta corriente filosófica dominó toda la edad media, tratando de unir la fe y la razón aunque en la práctica no fue así; se buscó la subordinación de la razón a la fe; de allí que a este periodo de la historia de la humanidad se le conoce como la época “oscurantista”. Con instituciones tristemente célebres como lo fue la Santa Inquisición.   
El escolasticismo tuvo a cargo la vida, de manera total, de la edad media, inclusive la vida académica pues es aquí donde aparecen las primeras universidades en Europa (siglo XI – XV). 
Aunque la conformación del escolasticismo no fue  algo homogéneo, es decir solo con aportes de la filosofía griega y romana sino que fue algo heterogéneo, pues incluyó filosofía como la árabe y la judía. Por ello la preocupación de los escolásticos era crear un sistema filosófico que existiesen contradicciones al interno.  Pero siempre enmarcado dentro del principio básico del escolasticismo: la autoridad.
Una característica muy resaltante en este periodo de la filosofía es la fuerte influencia que tuvo el escolasticismo de la filosofía de Platón y de Aristóteles, como se observa en el pensamiento de San Agustín de Hipona y de Santo Tomás de Aquino.

a)     Los Principales Problemas Filosóficos de los Escolasticismos fueron, entre otros, la Relación entre la Razón y La Fe y los Universales.
-       Relación entre la razón y la fe:
La relación del cristianismo con la filosofía siempre fue de subordinación, es decir la filosofía subordinada a la religión (razón ante la fe). Esta circunstancia se ve reflejada en “Credo ut intelligam” (Creo que para que yo pueda entender), una máxima atribuida por San Agustín de Hipona y parafraseada por San Anselmo, quizás recordando la máxima de Tertuliano: "Credo quia absurdum est” (creo porque es absurdo); pensamientos que estarán presentes a lo largo de toda la edad media hasta Santo Tomás de Aquino, quien replanteará esta subordinación entre fe y razón, otorgándole mayor autonomía a esta última.  Sin embargo Santo Tomás siguiendo la tradición filosófica cristiana plantea la sumisión a la teológica sobre cualquier idea, concepción o tema filosófico; así como también el análisis de cualquier elemento de la fe deben estar considerados de manera ineluctables en la reflexión filosófica cristiana.   No obstante la relación de dependencia de la razón o filosofía con respecto a la fe con Santo Tomás de Aquino será modificada. Durante el siglo XIII la influencia del averroísmo latino (tendencias de la época medieval en donde se fusionaba la filosofía aristotélica y las interpretaciones de la misma del  filósofo árabe Averroes); había insistido en la teoría de la “doble verdad”; es decir una verdad para la filosofía y otra para la teología. Santo Tomás rechaza esta teoría pues afirma la existencia de una única verdad; la cual puede ser conocida por la razón y por la fe.
Sin embargo, reconoce la particularidad y la independencia de esos dos campos, por lo que cada una de ellas tendrá su objeto y método propio de conocimiento. La filosofía se ocupará del conocimiento de las verdades naturales, que pueden ser alcanzadas por la luz natural de la razón; y la teología se ocupará del conocimiento de las verdades reveladas, de las verdades que sólo puede ser conocidas mediante la luz de la revelación divina. Ello supone una modificación sustancial de la concepción tradicional (agustiniana) de las relaciones entre la razón y la fe. No obstante, santo Tomás acepta la existencia de un terreno "común" a la filosofía y a la teología, que vendría representado por los llamados "preámbulos" de la fe. Pero, estrictamente hablando, la posición de santo Tomás supondrá el fin de la sumisión de lo filosófico a lo teológico.
b)        El Problema de los Universales:
El Problema y su Significado Histórico
 Sobre los géneros y las especies no diremos aquí si subsisten o bien si están solamente en el entendimiento, ni en caso de que subsistan, si son corpóreos o incorpóreos, separados de las cosas sensibles o situados en las mismas expresando sus caracteres uniformes; el universal no exista ni siquiera en el intelecto y sea sólo un nombre, un flatus vocis.


PERIODOS:
a.      La temprana escolástica (s. XI y XII):
-          Su principal representante es San Anselmo  que sigue la línea  Platónica-Agustiniana, y es considerado el padre de la escolástica.
-          Se inicia el debate sobre el problema de los universales.
-          Otros representantes fueron: los de la escuela de Chartres.
-          En esta época se da la presencia de la filosofía árabe y judía

b.      La Gran Escolástica (s. XIII):
-          En este siglo se da un gran desarrollo cultural en Francia, se crean las universidades, se traducen las obras de los filósofos griegos.
-          Sus representantes son: San Buenaventura, que sigue la línea de San Agustín y Santo Tomás de Aquino que es considerado como el principal representante de la filosofía escolástica.
-          La escuela de Oxford cuyo principal representante es Rogelio Bacon. Por otro lado se da un desarrollo de la  lógica con Raimundo Lulio.

c.      La Baja Escolástica (s. XIV):
-          En esta época triunfan las tendencias anti-intelectualistas a favor del espiritualismo y la mística. Por otro lado hay una mayor libertad intelectual. Es una etapa de transición entre la Edad Media y la Edad Moderna.
-          Sus representantes fueron Juan Duns Escoto y sobre todo Guillermo de Ockam. Y en la orientación mística destaca el alemán Juan Eckhart.

La temprana escolástica

Principales representantes
   SAN ANSELMO (1033 - 1109)
La prioridad de la fe sobre el entendimiento expresa claramente el carácter religioso de la investigación de Anselmo.
Vida y Escritos
Anselmo nació el 1033 en Aosta del Piamonte. Entró en el monasterio de Bec, en Normandía, y llegó a ser el prior en el 1063, y abad en el 1078. Fue arzobispo de Canterbury. Su fama de santo le atribuyó bien pronto poderes sobrenaturales. Entre el año 1070 y el 1078 Anselmo compuso el Monologion, cuyo primer título era Exemplum meditandi de ratione fidei; después el Proslogion, que se titulaba primeramente Fides quarens intellectum y su apéndice polémico Liber apologeticus contra Gaunilonem-, a continuación compuso los cuatro diálogos De ventate, De libero arbitrio, De casu diaboli, De gramático. En los últimos años de su vida escribió el Cur Deus homo y su apéndice De conceptu virginali. Otras obras suyas, son: De fide Trinitatis, De concordia praescientiae et praedestinationis, Meditationes, y, además, homilías, discursos y cartas.
Fe y Razón
La frase que expresa la posición de Anselmo sobre el problema escolástico, es: Credo ut intelligam (Pros., 1). La fe es el punto de partida de la investigación filosófica.
La encarnación misma es presentada por Anselmo, en la obra que ha dedicado a este tema, como una verdad a la que la razón puede llegar por sí sola: no hay duda, en efecto, de que los hombres no hubieran podido salvarse, si Dios mismo no se hubiese encarnado y no hubiese muerto por ellos (Ibid., pról.).
Distingue la verdad del conocimiento, la verdad del querer y la verdad de la cosa. Esta verdad la define Anselmo como rectitudo cognitionis. La verdad de la voluntad es, análogamente, rectitudo voluntatis.
El fundamento de toda verdad es la verdad de la cosa, la rectitudo rei  las cosas son verdaderamente aquellas que están en la mente de Dios, Dios mismo es, pues, la absoluta verdad, que es norma y condición de toda otra verdad

La Existencia de Dios
El Monologion es un conjunto de reflexiones sobre la esencia divina que conducen a una demostración de la existencia de Dios.
. De la misma manera, todo lo que es perfecto y, en general, todo lo que existe, existe por participación de un Ser único y sumo.
El Monologion desarrolla una argumentación cosmológica que va de lo particular a lo universal y de lo universal a Dios. El Proslogion desarrolla, en cambio, una argumentación ontológica, que empieza en el simple concepto de Dios para llegar a demostrar su existencia.
El argumento se funda en dos puntos:
1.° que lo que existe en realidad es "mayor", o más perfecto que lo que existe sólo en el entendimiento;
2.° que negar que existe realmente aquello respecto a lo cual nada mayor puede pensarse, significa contradecirse, porque significa admitir al mismo tiempo que se lo puede pensar mayor, esto es, existente en la realidad. La palabra pensar tiene dos significados: se puede pensar la palabra que indica la cosa y se puede pensar la cosa misma.

La Esencia de Dios
De las pruebas mismas que demuestran la existencia de Dios, resulta que sólo Dios es el ser perfecto y absoluto y que las otras cosas casi no son o apenas son las propiedades que se afirman de la naturaleza divina deben ser predicadas de ella equitativamente, no cualitativamente: esto es, como partes o aspectos integrantes de la esencia divina, en nada diversas de esta esencia. Dios no puede ser justo o sabio, si no lo es en sí y por sí; no ciertamente por participación de una justicia o sabiduría distinta de Él. Mejor es, por lo tanto, decir, no que Dios es justo, sino que es la justicia; no que tiene vida, sino que es la vida; y análogamente que es la verdad, el bien, la grandeza, la belleza, la felicidad, la eternidad, el poder, la inmutabilidad, la unidad y, en general, todas las cualidades que implican excelencia y perfección en quien las posee.
. La única determinación que se puede atribuir a la esencia divina como sustancia es la espiritualidad; el ser espiritual es, en efecto, más excelente que el ser corpóreo, y por esto lo único que es propio de Dios.

La Creación
Puesto que Dios es el ser y las cosas existen tan sólo por participación del ser, toda cosa tiene su ser por Dios. Tal derivación es una creación de la nada. Y, de hecho, las cosas creadas no pueden proceder de una materia.
Dios está y debe estar por todas partes; donde Él no está, nada hay y nada está en pie. Esto no quiere decir, por cierto, que Él esté condicionado por el espacio y el tiempo. En El no hay arriba ni abajo, ni antes ni después; sino que Él está todo en todas las cosas existentes y en cada una de ellas, y vive una vida interminable, que es toda a la vez (totum simul) presente y perfecta

La Trinidad
La palabra interior de Dios no es un sonido de voz, sino esencia creadora. Este es el punto de partida de la especulación trinitaria de San Anselmo.
El Verbo es en primer lugar la inteligencia que Dios tiene de sí mismo. El Verbo es, pues, coeterno con Dios porque es la eterna inteligencia que Dios tiene de sí.
Cada una de las tres personas divinas, participando de toda la esencia divina, recuerda, entiende y ama, sin necesidad de la otra. Aunque la memoria sea propia del Padre, la inteligencia del Hijo, el amor del Espíritu, cada uno de ellos es esencialmente memoria, inteligencia y amor.

La Libertad
La investigación realizada por Anselmo en el Monologion y en el Proslogion tiende a comprender a Dios en su esencia y en su existencia. Anselmo intenta traducir con ella la certeza de la fe en verdad filosófica; y con esto ofrecer un camino de acercamiento a la verdad revelada, tal que el hombre pueda llegar hasta ella lo más cerca posible. Pero paralelamente a esta investigación, Anselmo emprende otra, dirigida al hombre y a sus posibilidades de elevarse hasta Dios. El tema de esta investigación es la libertad. A ella Anselmo ha dedicado dos obras: De libero arbitrio y De concordia praescientiae et praedestinationis nec non et gratiae Dei cum libero arbitrio.
La libertad es esencialmente libertad de elección y ésta falta donde hay coacción y necesidad.
El primer hombre ha recibido de Dios originariamente la rectitud de la voluntad, esto es, la justicia.
La libertad no lo pierde el hombre en ningún caso, ni siquiera con el pecado.
La capacidad de conservar la rectitud de la voluntad permanece en el hombre aun a través del pecado y entra en acción apenas Dios restituye la rectitud de la voluntad al hombre que la ha perdido.
Puesto que consiste en querer lo que Dios quiere que se quiera, si Dios la quitase al hombre, no querría que el hombre quisiera lo que Él quiere que quiera.
De esto resulta que Anselmo, como San Agustín, establece una estrecha relación entre la libertad humana y la gracia divina.
La última condición de la libertad humana es, pues, la gracia divina.

Presciencia y Predestinación
Como la libertad humana no se opone para nada a la gracia divina, ningún límite o restricción aportan tampoco a la libertad misma la presciencia y la predeterminación divina. Ciertamente Dios prevé todas las acciones futuras de los hombres; pero esta previsión no impide que las acciones sean efectuadas libremente.
Afirma San Anselmo, "Dios prevé que yo pecaré o que yo no pecaré", sino que es necesario añadir que El prevé que yo pecaré o no pecaré sin necesidad; y así, tanto si peco como si no peco, una y otra cosa serán libres, porque Dios mismo prevé que esto sucederá sin necesidad.
Dios predestina a la salvación a los elegidos, y aquellos que no predestina están condenados. La predestinación tiene en cuenta la libertad. Dios no predestina a nadie haciendo violencia a su voluntad, sino que deja siempre la salvación en manos del predestinado. Son predestinados a la salvación solamente aquellos cuya buena voluntad Dios conoce de antemano.

El Mal
Hay dos especies fundamentales de bien, la justicia y lo útil, así también hay dos especies fundamentales de mal: la injusticia (malum injustitiae) y el daño (malum incommodi). El mal verdadero y propio es sólo la injusticia. Y puesto que el bien sólo es verdaderamente la justicia, el mal no tiene en ningún caso realidad positiva: es una pura negación y puede, con todo derecho, ser llamado la nada  El rasgo característico de estas formulaciones de Anselmo es la reducción de todo valor moral a la voluntad, en la cual solamente reside la justicia y la injusticia. El pecado consiste no en sentirlos, sino en consentirlos

El Alma
El hombre está compuesto de dos naturalezas, el alma y el cuerpo; la parte más alta, porque está más cercana a la suma esencia, es el alma y precisamente el entendimiento. Y, de hecho, sólo a través de la inteligencia se puede conocer y buscar a Dios y puede el hombre acercarse a Él.
Empeñar toda su voluntad en recordar, entender y amar al Sumo Bien; tal es el fin de su existencia.
Si para el alma que ama a Dios, la inmortalidad es, por parte de Dios, un don de amor, para el alma que desprecia a Dios, la inmortalidad es, por parte de Dios, un acto de justicia. Todas las almas son, pues, inmortales, tanto las justas como las injustas; aun aquellas que no son capaces ni de una cosa ni de otra, como las almas de los niños, deben serlo, porque deben tener la misma naturaleza

 En resumen podemos sintetizar lo siguiente:
-          Es considerado el padre de la escolástica porque es el iniciador de los sistemas teológicos de base metafísica.
-          Se ubica dentro de la línea filosófica agustiniana ya que sostiene que la fe es el presupuesto de la razón. Pero esta debe esforzarse en entender a la primera, aunque la fe tiene la última palabra.
-          Con relación al problema de los universales asume la posición del nominalismo extremo. La consecuencia de esta posición es que el mundo sensible podría perder su consistencia ontológica ya que sería un pálido reflejo de las “ideas reales universales” que existen sobre él.
-          Respecto a la existencia de Dios desarrolla la “prueba ontológica” que pretende demostrar en forma evidente y a priori dicha existencia. Su demostración se basa en los siguientes supuestos: en la idea de Dios, en la identidad del orden lógico con el real (pensar = ser) y en la consideración de la existencia divina como atributo o perfección de su existencia.
-          Entre sus principales obras figuran: Monologium y  Proslogiun.

ROGERIO BACON (1210 - 1292):

Vida y Obras
Rogerio Bacon, que fue llamado por sus contemporáneos Doctor mirabili*, nació cerca de Ilchester, en Dorsetshire, entre el 1210 y 1214. Estudió en Oxford, donde tuvo como maestro a Roberto Grossetete). Las obras principales de Bacon son las tituladas Opus maius, Opus minus y Opus tertium. De estas tres obras, la única completa es el Opus matas, que fue probablemente la única que Bacon envió al papa Clemente. El Opus tninus y el Opus tertium han quedado en forma de esbozos. La posición de Bacon en todas sus obras es la de una resuelta libertad espiritual. Está convencido de que la verdad no se revela sino a los hombres que la buscan; de que las investigaciones deben sumarse e integrarse una con otra y que, en resumen, la verdad es obra del tiempo. BACON: La Experiencia
Existen dos maneras de conocer.- la demostración racional y la experiencia. Pero la demostración racional, aunque concluya y nos haga resolver las cuestiones, no nos da la certeza ni elimina la duda, ya que el alma no descansa en la intuición de la verdad si no la encuentra por el camino de la experiencia. La experiencia no es solamente el fundamento de la investigación natural, sino también del conocimiento sobrenatural. La experiencia es doble: externa e interna. De la experiencia externa proceden las verdades naturales; de la experiencia interna, las verdades sobrenaturales; unas y otras encaminan al hombre a su fin último, la felicidad. Bacon distingue en la experiencia interna una triple iluminación: la iluminación o revelación general, común a todos los hombres; la iluminación primitiva o tradicional; la iluminación especial.
 "Aquél, añade Bacon, que se ha ejercitado diligentemente en estas experiencias o en la mayor parte de ellas, puede tener certeza y darla a los demás, no sólo en las ciencias espirituales, sino en todas las ciencias humanas." Todo el poder de la lógica depende de las matemáticas, según Bacon; porque todas las determinaciones (cualidad, relación, espacio, tiempo) dependen de la cantidad y la cantidad es el objeto propio de las matemáticas. Por esto solamente en las matemáticas hay la demostración verdadera y poderosa y solamente en ellas se puede llegar a la verdad plena sin error y a la certeza exenta de duda.
En resumen podremos sintetizar lo siguiente:
-          Es el principal representante de la Escuela de Oxford.
-          Sostiene que la base del conocimiento de la naturaleza es la experiencia sensible como experiencia externa, pero también del conocimiento de lo sobrenatural bajo la forma de experiencia interna de la iluminación divina (línea agustiniana).
-          Considera que los  métodos del conocimiento son dos: el método inductivo de la experimentación científica y el método de la demostración racional.
-          Afirma que el fin de la ciencia es el poder sobre la naturaleza.
-          Defendió la libertad intelectual y espiritual criticando a la jerarquía eclesiástica.
-          Entre sus obras figuran: Opus Maius, Opus Minus, Opus Tertium.


SAN BUENAVENTURA (1221 - 1274):

La Vuelta a San Agustín

Se presenta como reacción de la escolástica frente a los avances del aristotelismo, halla su máxima expresión teológica y mística en San Buenaventura. No hay sistema nuevo: San Buenaventura sólo quiere recorrer los senderos trazados, volver a tejer la trama ininterrumpida del pensamiento cristiano, que va de San Agustín a su maestro Alejandro de Hales.
Vida y Obras
Juan Fidanza, llamado Buenaventura en la orden franciscana, nació en Bagnoregio (Viterbo), en 1221. Una leyenda cuenta que San Francisco lo curó de pequeño de una enfermedad mortal y que entonces su madre hizo el voto de consagrarlo a la orden franciscana.
En 1273 se le nombró arzobispo de Albano y cardenal. Murió durante el segundo Concilio de Lyon, en 1274. La Iglesia le ha dado el título de Doctor Seraphicus. Su obra fundamental es el Comentario a las Sentencias de Pedro Lombardo, en cuatro libros, escrito a partir de 1248. La obra maestra mística del santo es el Itinerarium mentís in Deum, redactado en otoño de 1259.

Fe y Ciencia
San Buenaventura establece la superioridad de la fe sobre la ciencia. Al contestar a la cuestión de si es más cierta la fe que la ciencia, distingue una certeza respecto a las verdades de la fe y otra certeza respecto a las verdades de la razón. En cuanto a las verdades de fe, es más cierta la fe que la ciencia. La ciencia elimina la duda, según aparece claramente, sobre todo en el conocimiento de los axiomas y de los primeros principios; pero la fe consigue que el creyente se adhiera a la verdad, de un modo que ni argumentos ni tormentos ni lisonjas le pueden apartar de ella. Por consiguiente, la ciencia no invalida la iluminación por la fe, sino que la exige y la hace necesaria.
La fe es la adhesión integral del hombre a la verdad, por medio de la cual el hombre vive realmente la verdad y la verdad vive realmente en el hombre.
El Conocimiento
En su teoría del conocimiento, San Buenaventura muestra la primera y más importante concesión al aristotelismo. A la pregunta de si todo conocimiento viene de los sentidos, contesta que no-, es preciso admitir que el alma conoce a Dios, a sí misma y todo lo que tiene en sí sin ayuda de los sentidos externos San Buenaventura dice: "Las especies y las semejanzas de las cosas se adquieren por los sentidos, según dice explícitamente el filósofo (es decir. Aristóteles) en muchos pasajes; y la experiencia también nos lo enseña.
Al alma humana se le ha dado un lumen directivum, una directio naturalis, de la que obtiene la certeza de sus conocimientos. Por consiguiente, nuestro intelecto está unido con la Verdad eterna. "Para conocer con certeza, se precisa necesariamente de una Razón eterna, que regule y mueva, una Razón que no quede aislada en su claridad, sino que se una a la razón creada y que el hombre pueda intuirla según las posibilidades de su condición terrena '
El juicio es un acto de la razón que abstrae del lugar, del tiempo y del cambio; pero lo que está fuera del tiempo, del lugar y del cambio, es eterno, por lo tanto, es Dios o un elemento divino. Esta actividad tiene lugar en tres fases.- la percepción de los términos, de las proposiciones y de las ilaciones.
La teoría del conocimiento de San Buenaventura muestra muy claramente cuáles son las características de su procedimiento. Manteniéndose fiel a los puntos esenciales del apriorismo teológico de San Agustín, acepta la tesis empirista de Aristóteles, aunque limitándola al material del conocimiento.

Metafísica y Teología
La relación intrínseca que el intelecto humano tiene con Dios no implica que le sea dado conocer a Dios directamente y en sí mismo. "Es preciso decir que, al igual que cada causa brilla en su efecto y la sabiduría del artesano se refleja en su obra, Dios, que es el artífice y causa de la criatura, se conoce a través de la criatura. Hay para ello una doble razón: una de conveniencia y otra de indigencia. De conveniencia, porque cada criatura conduce a Dios más que a cualquier otra cosa. De indigencia, porque como Dios no puede, por ser luz sumamente espiritual, ser conocido por el intelecto en su espiritualidad, para conocerlo el alma precisa de una especie de luz material, es decir, la criatura" El argumento de San Anselmo se mueve en el campo de la especulación agustiniana y sólo con mucha dificultad puede ser negado por quien, como San Buenaventura, cree que la mente humana, para entender y juzgar, debe estar unida a Dios.
Pero, según San Buenaventura, es imposible afirmar al mismo tiempo que el mundo ha sido creado y que es eterno. Y, en efecto, es imposible que sea eterno aquello que llega a ser después de no ser; y éste es el caso del mundo, en cuanto creado de la nada.
La materia espiritual es potencia pura y constituye, con la materia corpórea, una sola materia homogénea. Por tanto, todos los seres se componen de materia y forma. La potencia activa de la materia es la razón seminal. La noción de razón seminal de los estoicos pasó a los neoplatónicos, y de éstos la tomó San Agustín, de quien, a su vez, la tomó San Buenaventura. "La razón seminal es 'a potencia activa que radica en la materia; y esta potencia activa es la esencia de la forma, porque de ella nace la forma según el procedimiento de la naturaleza, que nada produce de la nada".

La Física de la Luz

San Buenaventura elabora una doctrina física, que es una teoría de la luz. La luz no es un cuerpo, sino la forma de todos los cuerpos. Si fuera un cuerpo, dado que es propio de la luz multiplicarse por sí misma, nos veríamos obligados a admitir que un cuerpo puede multiplicarse sin añadírsele materia, lo cual es imposible. La luz es la Forma sustancial de todos los cuerpos naturales. Todos los cuerpos participan de ella, unos más y otros menos; y según su participación, poseen mayor o menor dignidad y valor en la jerarquía de los seres. La luz es el principio de la formación general de los propios cuerpos; su formación especial es debida a la adición de otras formas, elementales o mixtas.

La Antropología

"Dios ha creado el hombre de dos naturalezas muy distintas entre sí, uniéndolas en una sola naturaleza y en una sola persona" (Brevil., II, 10). Por consiguiente, el alma y el cuerpo entran en la misma medida y título en la constitución de la unidad de la naturaleza y de la persona humana, aun estando tan alejadas una de otra. En cuanto al alma, San Buenaventura, más que la definición aristotélica que la considera entelequia o forma perfecta del cuerpo, prefiere la platónica, que la considera motor del cuerpo. En el terreno del conocimiento, San Buenaventura se preocupa de asegurar al hombre la capacidad de iniciativa, y en el campo práctico, la libertad.
La libre elección del hombre está guiada e iluminada por la sindéresis (1). San Buenaventura acepta de Aristóteles la distinción entre intelecto especulativo e intelecto práctico; pero al igual que el Estagirita, niega que sean dos intelectos distintos. "El intelecto especulativo se hace práctico cuando se une a la voluntad y a la acción, determinándolas y guiándolas".
"La ciencia es la perfección de nuestro intelecto en tanto que especulativo, la conciencia es la disposición (habitus) que perfecciona nuestro intelecto en cuanto es práctico."
"La sindéresis, dice San Buenaventura (Ibid., II, dist. 39, a. 2, q. 1), es la chispa de la conciencia; la conciencia sólo puede mover, incitar, estimular por medio de la sindéresis, que es como su estímulo y su fuego animador. Así como la razón sólo puede mover gracias a la voluntad, la conciencia sólo puede hacerlo mediante la sindéresis".

La Elevación Mística

San Buenaventura distingue tres ojos o facultades de la mente humana: el que mira las cosas exteriores, es decir, la sensibilidad; el dirigido a sí mismo, que es el espíritu; el que mira más arriba de sí mismo, que es la mente. Cada una de estas facultades puede ver a Dios per speculum, es decir, a través de la imagen de Dios reflejada en los seres creados, o in speculo, o sea, en la huella que el ser y la bondad de Dios dejan en las cosas mismas.

En resumen:
-          Representante de la línea platónica–agustiniana; y continuador de San Anselmo.
-          Sostiene la “Teoría de la Iluminación Divina” (metafísica de la luz) que se realiza a través del  “ejemplarismo”,  según la cual en la mente de Dios se encuentra los ejemplares o ideas de las cosas. Tales ideas regulan o iluminan la mente humana capacitándola para que aprehenda las esencias inmutables en las cosas cambiantes y mutables.
-          Postula el hilemorfismo universal según la cual también los seres espirituales son seres compuestos de materia y forma, pero esta materia  “espiritual” es incorruptible e inextensa, pura potencialidad.
-          Afirma que existen las “razones seminales”, según lo cual la materia no es pura potencia pasiva (receptiva) sino también activa y determina la aparición de la forma.
-          Sostiene la pluralidad de forma sustanciales en cada cuerpo, por ejemplo en el hombre existe la sustancia material y espiritual.
-          Considera la imposibilidad de una creación ab aeterno es decir niega la eternidad del mundo.
-          Postula la primacía de la voluntad sobre el entendimiento, ya que considera que el peldaño más alto es la voluntad que mediante el amor se une a Dios, superando así al intelecto.
-          Entre sus principales obras figuran: Itinerarium mentis in Deum.





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