lunes, 19 de agosto de 2013

El Positivismo: Lo positivo tiene como características el ser útil, cierto, preciso, constructivo y relativo (no relativista) en el sentido de no aceptar ningún determinismo absoluto a priori.

EL POSITIVISMO
Es una corriente o escuela filosófica que afirma que el único conocimiento auténtico es el conocimiento científico, y que tal conocimiento solamente puede surgir de la afirmación positiva de las teorías a través del método científico. El positivismo deriva de la epistemología que surge en Francia a inicios del siglo XIX de la mano del pensador francés Augusto Comte y del británico John Stuart Mill y se extiende y desarrolla por el resto de Europa en la segunda mitad de dicho siglo. Según esta escuela, todas las actividades filosóficas y científicas deben efectuarse únicamente en el marco del análisis de los hechos reales verificados por la experiencia.
Esta epistemología surge como manera de legitimar el estudio científico naturalista del ser humano, tanto individual como colectivamente. Según distintas versiones, la necesidad de estudiar científicamente al ser humano nace debido a la experiencia sin parangón que fue la Revolución francesa, que obligó por primera vez a ver a la sociedad y al individuo como objetos de estudio científico.
Evolución: El término positivismo fue utilizado por primera vez por el filósofo y matemático francés del siglo XIX Auguste Comte, pero algunos de los conceptos positivistas se remontan al filósofo británico David Hume, al filósofo francés Saint-Simón, y al filósofo alemán Immanuel Kant.
Comte eligió la palabra positivismo sobre la base de que señalaba la realidad y tendencia constructiva que él reclamó para el aspecto teórico de la doctrina. En general, se interesó por la reorganización de la vida social para el bien de la humanidad a través del conocimiento científico, y por esta vía, del control de las fuerzas naturales. Los dos componentes principales del positivismo, la filosofía y el Gobierno (o programa de conducta individual y social), fueron más tarde unificados por Comte en un todo bajo la concepción de una religión, en la cual la humanidad era el objeto de culto. Numerosos discípulos de Comte rechazaron, no obstante, aceptar este desarrollo religioso de su pensamiento, porque parecía contradecir la filosofía positivista original. Muchas de las doctrinas de Comte fueron más tarde adaptadas y desarrolladas por los filósofos sociales británicos John Stuart Mill y Herbert Spencer así como por el filósofo y físico austriaco Ernst Mach.

Características de la filosofía positiva:
·        La filosofía positiva como tipo de conocimiento propio del último estado de la sociedad, se define por oposición a la filosofía negativa y crítica de Rousseau y Voltaire a la que Comte atribuye los males de la anarquía y la inseguridad social que caracterizan al período post-revolucionario.
·        El término positivo hace referencia a lo real, es decir, lo fenoménico dado al sujeto. Lo real se opone a todo tipo de esencialismo. Desechando la búsqueda de propiedades ocultas características de los primeros estados.
·        Lo positivo tiene como características el ser útil, cierto, preciso, constructivo y relativo (no relativista) en el sentido de no aceptar ningún absoluto.


Comte, Augusto (1798-1857).
Filósofo positivista francés, y uno de los pioneros de la sociología. Nació en Montpellier el 19 de enero de 1798. Desde muy temprana edad rechazó el catolicismo tradicional y también las doctrinas monárquicas. Los últimos años del pensador francés quedaron marcados por la alienación mental, las crisis de locura en las que se sumía durante prolongados intervalos de tiempo. Murió en París el 5 de septiembre de 1857.
Afirmaba que del estudio empírico del proceso histórico, en especial de la progresión de diversas ciencias interrelacionadas, se desprendía una ley que denominó de los tres estadios y que rige el desarrollo de la humanidad. Analizó estos estadios en su voluminosa obra Curso de filosofía positiva (6 vols., 1830-1842). Dada la naturaleza de la mente humana, decía, cada una de las ciencias o ramas del saber debe pasar por "tres estadios teoréticos diferentes: el teológico o estadio ficticio; el metafísico o estadio abstracto; y por último, el científico o positivo". En el estadio teológico los acontecimientos se explican de un modo muy elemental apelando a la voluntad de los dioses o de un dios. En el estadio metafísico los fenómenos se explican invocando categorías filosóficas abstractas. El último estadio de esta evolución, el científico o positivo, se empeña en explicar todos los hechos mediante la aclaración material de las causas. Toda la atención debe centrarse en averiguar cómo se producen los fenómenos con la intención de llegar a generalizaciones sujetas a su vez a verificaciones observacionales y comprobables. La obra de Comte es considerada como la expresión clásica de la actitud positivista, es decir, la actitud de quien afirma que tan sólo las ciencias empíricas son la adecuada fuente de conocimiento.
Cada uno de estos estadios, afirmaba Comte, tiene su correlato en determinadas actitudes políticas. El estadio teológico tiene su reflejo en esas nociones que hablan del Derecho divino de los reyes. El estadio metafísico incluye algunos conceptos tales como el contrato social, la igualdad de las personas o la soberanía popular. El estadio positivo se caracteriza por el análisis científico o "sociológico" (término acuñado por Comte) de la organización política. Bastante crítico con los procedimientos democráticos, Comte anhelaba una sociedad estable gobernada por una minoría de doctos que empleara métodos de la ciencia para resolver los problemas humanos y para imponer las nuevas condiciones sociales.
Aunque rechazaba la creencia en un ser transcendente, reconocía Comte el valor de la religión, pues contribuía a la estabilidad social. En su obra Sistema de Política Positiva (1851-1854; 1875-1877), propone una religión de la humanidad que estimulara una benéfica conducta social. La mayor relevancia de Comte, sin embargo, se deriva de su influencia en el desarrollo del positivismo.
La Ley de los Tres Estados
Según Comte, los conocimientos pasan por tres estados teóricos distintos, tanto en el individuo como en la especie humana. La ley de los tres estados, fundamento de la filosofía positiva, es, a la vez, una teoría del conocimiento y una filosofía de la historia. Estos tres estados se llaman:
·      Estado Teológico: Es ficticio, provisional y preparatorio. En él, la mente busca las causas y los principios de las cosas, lo más profundo, lejano e inasequible. Hay en él tres fases distintas:
ü Fetichismo: en que se personifican las cosas y se les atribuye un poder mágico o divino.
ü Politeísmo: en que la animación es retirada de las cosas materiales para trasladarla a una serie de divinidades, cada una de las cuales presenta un grupo de poderes: las aguas, los ríos, los bosques, etc.
ü  Monoteísmo: la fase superior, en que todos esos poderes divinos quedan reunidos y concentrados en uno llamado Dios.
En este estado, predomina la imaginación, y corresponde a la infancia de la humanidad. Es también, la disposición primaria de la mente, en la que se vuelve a caer en todas las épocas, y solo una lenta evolución puede hacer que el espíritu humano de aparte de esta concepción para pasar a otra. El papel histórico del estado teológico es irremplazable.
·        Estado Metafísico o Estado abstracto, es esencialmente crítico, y de transición, Es una etapa intermedia entre el estado teológico y el positivo. En él se siguen buscando los conocimientos absolutos. La metafísica intenta explicar la naturaleza de los seres, su esencia, sus causas. Pero para ello no recurren a agentes sobrenaturales, sino a entidades abstractas que le confieren su nombre de ontología. Las ideas de principio, causa, sustancia, esencia, designan algo distinto de las cosas, si bien inherente a ellas, más próximo a ellas; la mente que se lanzaba tras lo lejano, se va acercando paso a paso a las cosas, y así como en el estado anterior que los poderes se resumían en el concepto de Dios, aquí es la naturaleza, la gran entidad general que lo sustituye; pero esta unidad es más débil, tanto mental como socialmente, y el carácter del estado metafísico, es sobre todo crítico y negativo, de preparación del paso al estado positivo; una especie de crisis de pubertad en el espíritu humano, antes de llegar a la adultez.
·        Estado Positivo: Es real, es definitivo. En él la imaginación queda subordinada a la observación. La mente humana se atiene a las cosas. El positivismo busca sólo hechos y sus leyes. No causas ni principios de las esencias o sustancias. Todo esto es inaccesible. El positivismo se atiene a lo positivo, a lo que está puesto o dado: es la filosofía del dato. La mente, en un largo retroceso, se detiene a al fin ante las cosas. Renuncia a lo que es vano intentar conocer, y busca sólo las leyes de los fenómenos.

El Carácter Social del Espíritu Positivo:
El espíritu positivo tiene que fundar un orden social. La constitución de un saber positivo es la condición de que haya una autoridad social suficiente, y esto refuerza el carácter histórico del positivismo.
Comte, fundador de la Sociología, intenta llevar al estado positivo el estudio de la Humanidad colectiva, es decir, convertirlo en ciencia positiva. En la sociedad rige también, y principalmente, la ley de los tres estados, y hay otras tantas etapas, de las cuales, en una domina lo militar.
Comte valora altamente el papel de organización que corresponde a la iglesia católica; en la época metafísica, corresponde la influencia social a los legistas; es la época de la irrupción de las clases medias, el paso de la sociedad militar a la sociedad económica; es un período de transición, crítico y disolvente; el protestantismo contribuye a esta disolución. Por último, al estado positivo corresponde la época industrial, regida por los intereses económicos, y en ella se ha de restablecer el orden social, y este ha de fundarse en un poder mental y social.

El Positivismo y la Filosofía
Es aparentemente, una reflexión sobre la ciencia. Después de agotadas éstas, no queda un objeto independiente para la filosofía, sino ellas mismas; la filosofía se convierte en teoría de la ciencia. Así, la ciencia positiva adquiere unidad y conciencia de sí propia. Pero la filosofía, claro es, desaparece; y esto es lo que ocurre con el movimiento positivo del siglo XIX, que tiene muy poco que ver con la filosofía.
Pero en Comte mismo no es así. Aparte de lo que cree hacer hay lo que efectivamente hace. Y hemos visto que:
1.      Es una filosofía de la historia (la ley de los tres estados).
2.      Una teoría metafísica de la realidad, entendida con caracteres tan originales y tan nuevos como el ser social, histórica y relativa.
3.      Una disciplina filosófica entera, la ciencia de la sociedad; hasta el punto de que la sociología, en manos de los sociólogos posteriores, no ha llegado nunca a la profundidad de visión que alcanzó en su fundador.
Este es, en definitiva, el aspecto más verdadero e interesante del positivismo, el que hace que sea realmente, a despecho de todas las apariencias y aun de todos los positivistas, filosofía.

El Sentido del Positivismo
Esta ciencia positiva es una disciplina de modestia; y esta es su virtud. El saber positivo se atiene humildemente a las cosas; se queda ante ellas, sin intervenir, sin saltar por encima para lanzarse a falaces juegos de ideas; ya no pide causas, sino sólo leyes. Y gracias a esta austeridad logra esas leyes; y las posee con precisión y con certeza.
Una y otra vez vuelve Comte, del modo más explícito, al problema de la historia, y la reclama como dominio propio de la filosofía positiva. En esta relación se da el carácter histórico de esta filosofía, que puede explicar el pasado entero.

 

Corrientes Positivistas

Entre las corrientes positivistas se puede mencionar al positivismo ideológico, al empiriocriticismo, al positivismo metodológico o conceptual al positivismo analítico, al positivismo sociológico, al positivismo realista y al neopositivismo (empirismo lógico o neopositivismo lógico).

En el campo del Derecho el denominado positivismo Jurídico o juspositivismo, no tiene una relación directa con el positivismo filosófico, sino con el concepto de Derecho positivo (la consideración del Derecho como creación del ser humano).
En el campo de la psicología se puede mencionar al Conductismo o Psicología conductista, como pioneros en la aplicación de la metodología científica al estudio de la conducta humana. Actualmente en la Psicología conviven múltiples escuelas, muchas de las cuales se basan en el positivismo para el estudio del ser humano. Entre dichas escuelas o enfoques destacan el Cognitivo-Conductual, el enfoque Sistémico, o la recientemente llamada Psicoterapia de Tercera Generación (enfoque que sin abandonar el positivismo, incorpora variables más ideográficas al estudio del ser humano).
El Positivismo en la actualidad tiene influencia en muchas personas y lugares, que sin ser conscientes, se sitúan en esta línea de pensamiento.
Definitivamente, hoy lo social y teórico pierden más espacio que ganan lo matemático y comprobable. El Positivismo por sus bases empíricas rechazan todo lo que no se pueda comprobar desde la óptica humana y eso pasa en nuestros días, el hombre cada vez más acostumbrado a la técnica y a la manera de mostrar las cosas, a través de laboratorios e investigaciones, se hace más inverosímil ante las tesis de pensamiento y las especulaciones.
El gran desarrollo de la ciencia en los últimos siglos le ha permitido al Positivismo posicionarse en nuestros días como una disciplina de verdadero conocimiento, que mirando atrás, puede situarse con muchos adelantos y muchos logros, ya que lo que se vende, lo aceptado y lo creíble para nuestros días, es solamente lo que se puede comprobar por algún proceso positivo.
Las ciencias que han rechazado el Positivismo hoy no despiertan ningún tipo de seguidores, ya que la conceptualización tan propia en otras épocas, donde fueron aceptadas y tenidas como fuente de conocimiento, hoy más que nunca son cuestionadas y tildadas de troncadoras del verdadero saber, y esto gracias al Positivismo.
De todas maneras, el pensamiento positivista, ha influido en la actualidad, en especial en nuestro continente donde todos los países han sido marcados por estas ideas, sobretodo en el campo político y en países subdesarrollados, buscando formas de progreso. En Latinoamérica, se tiene un peculiar caso, y es que la tradición positivista de corte inglés será el telón de fondo de una concepción neoescolástica de la vida, tanto política como social.
Sin embargo, a pesar de las influencias efectivas del Positivismo en la vida espiritual latinoamericana, no se puede afirmar que tal influencia posee un carácter reflejo, pues ya existía en nuestros países un autóctono Positivismo, que empieza a germinar a partir de la crítica de la escolástica y la teología colonial. Es más, el Positivismo fue instrumentalizado por un afán de sus seguidores de imprimirlo a las específicas situaciones históricas. Se arraiga de manera profunda dicha actitud positivista en la mayoría de nuestros pensadores, también siendo su reacción muy extraordinaria.
El Positivismo, es una doctrina filosófica en donde se acepta como conocimiento válido, el saber científico obtenido a través de la experimentación, es decir, con la utilización del método científico, se estudian los hechos y a partir de estos, se deducen las leyes que los hacen valederos. Por ello, el Positivismo es considerado como analítico, y tiene como características generales:
Nomotética: porque halla las causas que explican los fenómenos, confrontando la teoría con la praxis, detecta discrepancias y establece conexiones generalizables entre variables.
Propicia la utilización de un método de investigación: el método hipotético-deductivo como método científico.
La neutralidad valorativa: como criterio de objetividad.
Sin embargo, esta doctrina, incurre en dos importantes contradicciones:
-         Aunque da legitimidad al conocimiento científico, no específica de manera clara, inequívoca y por tanto positiva en qué consiste exactamente este conocimiento científico.
-         Que las más importantes afirmaciones de la doctrina positivista como la Ley de los Tres Estadios (teológico, metafísico y positivo), no proceden de la actividad científica ni de la observación, sino de la especulación filosófica y son por tanto metafísica.
Pero esto, no ha mermado la proliferación de trascendentales descubrimientos y avances del mundo moderno; los cuales, se deben sin lugar a duda, a la influencia del Positivismo, siendo uno de sus más importantes hallazgos, el descubrimiento de la Historicidad del Conocimiento Humano a través de la Sociología, que permite la jerarquización (orden y progreso) de la Sociedad de acuerdo a su nivel intelectual, a fin de que estos, reciban una remuneración acorde a su labor desempeñada. A partir de la Sociología se debe ubicar cualquier investigación para que exista un orden, ya que la experiencia que posee el individuo la sustrae de su entorno, y esta transcurre en un momento histórico, que lo orientará a través del proceso de experimentación científica.
En síntesis se afirma:
-          El núcleo de la filosofía positiva es la llamada Ley de los tres estadios, que se traduce en una nueva periodización del proceso histórico y en una nueva clasificación de las ciencias:
1.      Teológico o ficticio: el espíritu humano atribuye los fenómenos a la acción de agentes sobrenaturales.
2.      Metafísico o abstracto: se sustituyen  las fantásticas explicaciones anteriores por conceptos abstractos que designan fuerzas actuantes cuya explicación última se desconoce.
3.      Positivo o científico: constituye el saber basado en la experiencia, excluyendo toda referencia a lo absoluto.
-         El positivismo, en el pensamiento de Comte, designa al movimiento que exalta los hechos, resalta las ciencias experimentales frente a las teóricas, y las leyes físicas y biológicas contra las construcciones filosóficas.
-         Clasifica las ciencias desde la más simple, la de mayor generalidad, la matemática, luego siguen la astronomía,  la física,  la química, la biología y, en la cúspide, se encuentra la sociología.
-         Algunas de las características de las ciencias son:
·        Se atienen a los fenómenos, ignorando la naturaleza y la esencia de las cosas
·        Estudian las leyes que establecen las relaciones constantes de sucesión y semejanza de los fenómenos.
·        Rechaza toda hipótesis extra científica.
·        Y todo ello con vistas a la previsión de nuevos fenómenos y a la intervención con nuestra acción en los mismos.
-         Los pilares de cualquier sociedad son: la familia, la propiedad privada y los poderes espirituales y temporales en mutua relación, pero que sólo funcionarán adecuadamente al llegar la sociedad a su estadio positivo, cuando imperen la solidaridad y el altruismo.
-         Obras importantes: Curso de filosofía positiva, Discurso según el espíritu positivo (1844),  Calendario positivista  (1852), El sistema de política positivista (1851-1854),  Catecismo positivista  (1852) Llamamiento a los conservadores (1855),  Síntesis subjetiva  (1856) y las Cartas póstumas a John Stuart Mill (1877).


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